Wednesday, February 12, 2014

Demasiado De Algo Bueno

El pasado fin de semana disfrutamos nuestro aniversario número 18 en compañía de la profeta Anabel Fernández. A diferencia de otros ministros que nos han visitado, ella casi no usó la Biblia, sino que nos dio de sus vivencias. Al igual que la mayoría de los ministros que nos han visitado antes, nos dijo que nuestras congregaciones han sido alimentadas con BUENA PALABRA. Esto es, por sí sólo, algo bueno. Pero si no va de la mano de sacrificio y servicio, es peligroso. Basta ver la foto de arriba para comenzar a comprender por qué.

Con hambre no hay pan duro, dice el refrán. Pero, ¿cuándo hay abundancia de pan? Alguna vez has visto a alguien abrir una refrigeradora llena, sólo para expresar en disgusto: No hay nada qué comer. ¡Claro que hay qué comer! Sólo es que no hay algo que se le apetezca en ese momento. Así es cuando en una casa espiritual hay abundancia de pan espiritual, y los comensales comen y se sacian, pero en vez de salir a trabajar, se quedan frente al televisor, viendo la telenovela que es su vida cotidiana. Cuando llega el siguiente tiempo de comida, todavía están saciados; comen sin apetito, y comienzan las quejas. “A mí no me gusta el brócoli.” “Yo no como pescado.” “¿No me puede hacer un huevo a la termidor, mejor?” Hermano, esto no es McDonald’s; es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Una de las palabras más dolorosas que el Señor me ha dado está en Ezequiel 33:
Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová. Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.

¡Oh, que no sea así contigo, Iglesia Piedras Vivas! Guárdate de ser como el sumo sacerdote Elí, que se sentaba junto al camino; saciado, ciego y obeso. Guárdate de ser como los hijos de Elí que, aunque eran sacerdotes, comían lo que les daba la gana, contra las órdenes del Señor. Guárdate de ser como aquellos de los cuales Pablo advirtió a Timoteo, que por no soportar la sana doctrina y tener comezón de oír, se hacen maestros conforme a sus propias concupiscencias y apartan de la verdad el oído para volverse a las fábulas.

No, Iglesia Piedras Vivas. ¡Lejos de ti esté el hacer tal cosa! Tú sé sobria en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. Pelea la buena batalla, guarda la fe. Toda esa maravillosa Palabra que has recibido, ponla por obra. Porque revelación que no es puesta por obra es como comida que no se transforma en energía – se vuelve grasa almacenada que bloquea las arterias y acaba con el corazón. ¡Pon por obra la bendita Palabra del Señor y tendrás gran recompensa en los cielos!

2 comments:

  1. Definitivamente cuan confortablemente grotesco puede volverse solo asistir a escuchar, (alimentarse) pero no poner en prácticamente (Ejercitarse) no solo en la vida personal sino también dando testimonio y llevando la palabra a cuanto podamos.

    Puedo comprender que unos de los objetivos proféticos de la iglesia para este año es la expansión y eso solo se logra saliendo a pelear la batalla de mil maneras de hacerlo.

    Hermoso y motivador mensaje.

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