Tuve un sueño hace varios años. Soñé que yo llegaba con mi maleta a un lugar donde había un gran árbol. Salía a recibirme una de las salmistas que compartió con nosotros en el evento ES HORA DE ADORAR (Ludie Toles o Sue Powell, no recuerdo). El árbol en sí era una casa, pero no una casa cualquiera, sino una donde llegaban adoradores de distintas naciones. Todo tipo de artistas llegaban allí a residir y crear arte para el Señor.
El salón principal era en esencia un estudio en el interior
del árbol. Había toda clase de instrumentos musicales en las paredes alrededor.
Dejando mi maleta, me hice al piano vertical al fondo del salón y comencé a
adorar al Señor. No sé cuánto tiempo habrá pasado antes de que llegara un
trompetista. Aunque nunca antes nos habíamos visto, comenzó a acompañarme con
su trompeta como si llevásemos años tocando juntos. El fluir era libre y sin
esfuerzo. Las notas del piano y la melodía de la trompeta simplemente encajaban
en perfecta armonía.
Sé que el sueño es metafórico en muchos planos, pero siempre
me complace cuando conozco a alguien que ha rendido su corazón a Cristo y que
busca adorarle con todo su ser. Josh
Wise es una de esas personas. Lo conocimos como bailarín de Ballet Magnificat! en el año 2013. En el
verano me enteré de que también toca el banjo. Arriba puedes ver a Josh en nuestro estudio, tocando el
banjo de Martín para la grabación
que Aldo está haciendo de la canción
que compusieron Angie y Manuel en el evento Adoremos en Nacaome, donde Melvin y Beatriz nos acogieron y el Señor me dijo que compusiéramos canciones para
que le adoraran con danzas la pequeña Tania y su grupo.
Quizás no sea el árbol del sueño exactamente. Pero debo
decir que se parece bastante.