Siendo
el tipo lógico y práctico que soy, diseñé nuestra casa con medidas moduladas en
torno a los paneles de steirofoam reforzado con que construiríamos. Siendo que
los paneles miden 4’x8’ (1.22m x 2.44m), los espacios sociales miden 3 paneles
x 3 paneles; las habitaciones: 3 paneles x 6 paneles. Otros elementos fueron
diseñados en fracciones simples de los paneles. Por ejemplo, las ventanas miden
3’x4’ (0.915m x 1.22m). Así los paneles se cortan con un desperdicio casi nulo.
Las
gradas principales tienen pasos de 3’ (0.915m), no porque sean construidas del
mismo material, sino porque son de madera de pino y la industria maderera
trabaja en pulgadas y pies, no en sistema métrico. De una pieza 2”x12” de 12’
salen cuatro pasos de 3’ para las gradas. Pero los dos pasos que bajan el nivel
del vestíbulo hacia la sala y el comedor juegan un papel distinto. Más que simplemente
para subir y bajar, sirven para unificar los ambientes. Como elementos que
abren el paso de un espacio a otro, merecen un tratamiento menos utilitario. Por
eso miden 4’.
Fue
en una de estas gradas donde se acostó Ian cuando tenía cuatro años. No sé
cuánto tiempo teníamos de vivir ya en la casa, pero esta es una de las imágenes
más tempranas que ha quedado registrada en mi memoria. Nuestro muchacho tenía
ya cuatro años y medía exactamente cuatro pies. Lo sé porque quedaba justo
entre los laterales de perfil de madera a uno y otro lado del paso. No sé por
qué eso nos produjo tanta risa a todos los que estábamos presentes. Quizás
sería la emoción de Ian al sentir que ya cabía justo en un espacio que antes no
llenaba. Talvez la inesperada congruencia entre su edad y la dimensión de la
madera. No lo sé, pero fue un momento feliz y memorable.
Aquel momento fue hace cinco años. Pero lo reviví recientemente; esta vez con Joy. Desde que nació, ella sólo ha vivido en esta casa. Aquí aprendió a caminar y a subir gradas. Ahora es ella quien tiene cuatro años. El otro día la encontramos acostada en la misma grada donde su hermano lo había hecho. Ahora es ella quien cabe justa en un espacio que antes no llenaba. ¡Cómo pasa el tiempo!
Aquel momento fue hace cinco años. Pero lo reviví recientemente; esta vez con Joy. Desde que nació, ella sólo ha vivido en esta casa. Aquí aprendió a caminar y a subir gradas. Ahora es ella quien tiene cuatro años. El otro día la encontramos acostada en la misma grada donde su hermano lo había hecho. Ahora es ella quien cabe justa en un espacio que antes no llenaba. ¡Cómo pasa el tiempo!